Estos días ya mandamos versiones finales a la editorial y de allí irán a la imprenta el 27 de septiembre, fecha de entrega de todos los manuscritos. Repaso tras repaso voy ojeando mis capítulos, Pedro sus apéndices y fotos y Garre puliendo su parte. Una locura de e-mails asolan nuestros buzones con archivos de word interminables.
Es el trabajo más complicado al que me he enfrentado nunca. No por su dificultad, sino por la paciencia y dedicación que requiere. Estoy muy emocionado y una mezcla de satisfacción y de tristeza embarga mi corazón cuando cierro cada capítulo. Lo he hecho con mucho cariño.
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